Marisol Flamenco
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Otra madrugada en busca de mis fantasmas,
Tratando de atrapar las ideas.
De la misma forma que atrapaba las hormigas
cuando era niña.
Qué curioso, de repente una sonrisa muy familiar
Se dibujó en mi rostro.
El recuerdo de la infancia se apodera de mí ser,
Siento tanta felicidad que no me cabe en el pecho.
Era una niña traviesa, la más traviesa de todas.
Siempre cargaba conmigo un frasquito transparente
con agua… El motivo… Atrapar hormigas y enseñarles a nadar.
Las quería llevar al mar, y jugar con ellas.
Enseñarle lo divertido que es dejarse acariciar por las olas y divertirnos sin parar.
Una locura que me hacía feliz de solo imaginarlo, pero que me llenaba de tristeza, porque según yo, las hormigas eran tontas, y por más que les enseñaba, no aprendían a nadar.
¡Qué tiempos aquellos!
Y que rico se siente recordar… Sonreír y sentir
La libertad para volar.
Creo que mis fantasmas han hecho muy bien en
No aparecer tan temprano… O a lo mejor son ellos
Los que me han hecho recordar…